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jueves, 7 de julio de 2011

Machu Picchu fue descubierta por Agustín Lizárraga en 1902

Before Machu Picchu.jpgNueve años antes que el explorador norteamericano Hiram Bingham llegara a las ruinas de Machu Picchu, éstas ya habían sido descubiertas por el hacendado cusqueño Agustín Lizárraga Ruíz, quien puso el pie en la notable ciudadela incaica exactamente el 14 de julio de 1902. Para dejar constancia de su descubrimiento, Lizárraga tomó un trozo de carbón y trazó sobre una de las piedras del Templo de las Tres Ventanas una inscripción que decía: "Agustín Lizárraga – 14 de julio 1902 – para la posteridad".
Uno de los depositarios de los testimonios de esta aventura histórica era José Gabriel Cosio, catedrático de la facultad de Letras de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, quien tiempo después sería designado representante del gobierno peruano en la expedición de Bingham.
La figura de Lizárraga, sin embargo, fue olvidada, relegada o dejada de lado aún por aquellos historiadores que sabían de su papel precursor en el descubrimiento de Machu Picchu.
Exactamente, Agustín Lizárraga vivía en el pueblo de San Miguel, donde era dueño de tierras, y de donde probablemente partió la expedición de julio de 1902 que le permitió descubrir antes que otros la histórica ciudadela incaica, a la cual envuelve aún una serie de enigmas no develados completamente.
Contra la opinión de ciertos historiadores, Lizárraga era consciente de la importancia histórica de su objetivo, pero carecía de apoyo y no estaba vinculado a los círculos científicos y académicos, de ahí que organizó una expedición a la que integró a sus amigos Enrique Palma y Gabino Sánchez, y a la cual financió con su propio dinero.
La expedición se enfrentó machete en mano a una naturaleza amenazadora, llena de precipicios, acechada por el turbulento río Urubamba, todo lo cual hacía prácticamente inexpugnable la ciudadela real de los incas, tal como la habían planeado sus constructores.
Pero la expedición llegó a su objetivo y, tras desbrozar parte de la maleza, dio con el asombroso monumento arqueológico, una enorme construcción de piedra tallada en el abismo, donde Lizárraga escribió su nombre y la fecha del hallazgo.
Ante esta situación, historiadores y científicos peruanos empezaron a replantearse el caso del descubrimiento del monumento arqueológico más famoso y valioso del Perú y ahora debaten si el papel de Bingham fue el de "descubridor" o el de "saqueador" de Machu Picchu.