Se cree que el pueblo hebreo no supiese escribir hasta el siglo XI a. C. cuando paso a la vida sedentaria en la tierra de Canaán. Durante ese tiempo se formo las tradiciones orales, que se transmitían de generación en generación. Durante ocho siglos aproximadamente se transmiten las historias y hechos del pasado en forma oral.
En los años de monarquía de David y Salomón se empieza a difundir la escritura. La tradición oral pasa a ser escrita. Así comienza a escribirse una historia en la que se recogen los recuerdos, tradiciones y códigos legales de la tradición. En esta época aparece la literatura lirica (Salmos) y la literatura sapiencial (Proverbios).
En los libros de Reyes se impregna algunas historias y relatos de las monarquías de Israel (norte) y Juda (sur). Del Reino del Norte salen los profetas Elías y Eliseo así como también Oseas y Amos, así como muchas historias de patriarcas y de Moisés. Estos llamaban a Dios con el nombre de Eloi.
Por el otro lado en el Reino del Norte era la época de grandes profetas como Isaías
y Miqueas, posteriormente Jeremías, Nahúm, Habacuc …, además primera redacción de la llamada historia deuteronomista (Josué, Jueces, Samuel y Reyes).
En la época de la caída de Babilonia surge Ezequiel y la segunda parte de Isaías.
El tiempo después del destierro se suele dividir en tres periodos que coinciden con los sucesivos dominadores: los persas, los griegos y los romanos. En la época persa surgen Crónicas, Esdras y Nehemías. De esta época son también los profetas Ageo, Zacarías, Malaquías,… De la época romana y persa son Rut, Tobías, Judit, Esther, y Jonás; también los libros de los Macabeos; en el género sapiencial: Job, Eclesiastés, Eclesiástico y Sabiduría; nació también en esta época el género apocalíptico, que aparece en el libro de Daniel.
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